Que bella son tus palabras. Es cierto que los misterios de nuestra vida interior se van multiplicando en la misma medida en que ella se va desplegando. Estos misterios son posibles de conocer sólo con una pedagogía lumínica que nos lleve a descubrir lo más profundo de nuestro ser. En este encuentro con nosotros mismos es posible descubrir los misterios de nuestras vidas, pero es una visión parcial porque la vida se sigue expandiendo con nuevas facetas difíciles de precisar. Ello nos obliga a visitar constantemente nuestro interior para entender esos espejismos que se nos revelan como la cotidianidad de todos los días.
En esta compleja tarea, el surgimiento del otro/a ayuda a descifrar los misterios continuos, nos ayuda a explicar esta torcida realidad que se multiplica misteriosamente. Me parece muy bella tu expresión de que los compañeros de vida son acompañantes de historias, de pasiones y lucha que los acercan y los constituyen. En este tan breve tiempo de conocernos y de convivir en la ausencia y presencia, no nos hemos ido reconstituyendo? Eres tú la misma que yo conocí? Quién eres tú, la de los primeros días de encuentro o la que hoy devela lo que tus ojos negros me anunciaban?
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