Tu tristeza me ha impresionado
me recuerdan las del exilio
al faltarnos nuestras ciudades
nuestras rutinas, las alegrías ausentes
el sol, la lluvia de estas latitudes
las maneras de ser del calor y la humedad
las formas de hacer amistad y ser cálidos.
Su terrible afán nos enfermó a todos de mil maneras
había que reconocer esa nueva situación
provocada por la falta de patria
esta curiosa enfermedad de la ausencia
esa debilidad para enfrentar lo tan distinto a nosotros
a pesar de la fraternidad de los que nos recibían.
Había que luchar por emerger desde las tinieblas de lo desconocido
Desde esa transformación en apátridas,
de súbito en híbridos culturales
con pérdida de brújula en el ver y en el sentir
con ausencia de ayuda del más cercano
porque estaba tan enfermo como cada uno de nosotros
o porque era un cercano del lugar que no entendíamos
Pero a pesar de la terrible angustia
sanarnos era lo urgente antes del regreso
para no arrastrar a los otros que nos acompañaban
que no eran culpables de nuestras angustias
y que ahora nosotros los enfermaríamos
cuando salvemos las nuestras al regresar.
Sanos para guiar a los más pequeños
que al igual que tú y yo en el pasado
iniciarían ahora su andar en un ambiente desconocido
agresivo cuando salimos
y poco amistoso cuando regresamos
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